En medio de una intensa lluvia nocturna, dos trenes de la línea 2 del STC-Metro protagonizaron un alcance en la estación Nativitas, dejando al menos seis pasajeros lesionados, entre ellos un bebé.
Se trata de la línea que cruza todo el Distrito Federal, del sur, en Tasqueña, al norte, en Cuatro Caminos, y que transporta al mayor número de pasajeros de todo el sistema.
El incidente sucedió a las 20:31 horas, en dirección de sur a norte, según el STC. Los primeros informes reportaron que un tren tuvo problemas en el modo de conducción, por lo que solicitó ayuda al Puesto Central de Control del sistema.
Entonces, el tren que lo seguía por atrás se acercó para engancharlo y remolcarlo hacia una “vía muerta”, para revisar la falla.
Esta maniobra se hizo sin desalojar a los pasajeros, ya que el tren estaba entre estaciones y en medio de la lluvia, pues la línea 2 corre por la superficie.
Al acercase el tren de atrás ocurrió el “golpe o acercamiento brusco” como un fuerte enfrenón, según el STC, causando la caída de pasajeros, quienes sufrieron golpes y torceduras.
“Lo que se escuchó fue el enfrenón más que el golpe. Todos volteamos a ver qué había pasado, pero estuvo leve", dijo un vendedor de lentes afuera de la estación Nativitas.
Los trenes iban llenos pues era la hora en que miles de personas se dirigían a sus casas después del final de su jornada diaria.
Paramédicos y ambulancias de la Cruz Roja, el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y de Protección Civil llegaron para atender a los heridos, pero el acceso les fue impedido durante algunos minutos por personal de Seguridad Institucional del Metro, apoyados con policías auxiliares.
Seis lesionados
La Secretaría de Salud local dijo que los lesionados fueron un hombre de 24 años que fue llevado al Hospital de Xoco, un bebé que fue enviado al Pediátrico de Coyoacán y dos mujeres —una al hospital Magdalena de las Salinas y otra a una clínica del ISSSTE—, y otros dos pasajeros atendidos en la estación.
No obstante, paramédicos de una ambulancia del ERUM llevaron a la clínica 10 del IMSS a otros dos hombres y a una mujer de entre 30 y 35 años de edad, que sufrieron múltiples golpes, aunque no graves.
Por el incidente se suspendió el servicio durante más de una hora desde la estación Villa de Cortés hacia Tasqueña, mientras que el servicio siguió de Xola a Cuatro Caminos.
Cientos de pasajeros salieron de la estación, y en medio de la lluvia y de quejas por el incidente, buscaron otro transporte.
Pasadas las 10 de la noche y con el retiro de los trenes implicados en el choque, el servicio fue restablecido, aunque a una velocidad menor de la normal.
Fallas, desde antes
Los 45 trenes de la línea 2 fueron adquiridos en 2004, y a menos de tres años de su compra a Bombardier y CAF por 6 mil millones de pesos, presentaron fallas.
Hace dos años, el 6 de agosto de 2007, EL UNIVERSAL reportó que a menos de tres años de su adquisición, los trenes presentaron pasillos con fisuras, fugas de aceite en medio de las vías, escobillas negativas —piezas que van sobre el riel— fracturadas, asientos resbaladizos y frenados bruscos.
Los técnicos del Metro dijeron entonces que las escobillas no soportaban la fuerza de marcha de los trenes y se rompían.
Para entonces, directivos de la Contraloría del STC, los fabricantes y el Metro realizaron reuniones técnicas para analizar las fallas. (Con información de Edith Martínez, Johana Robles y Fernando Martínez).
Se trata de la línea que cruza todo el Distrito Federal, del sur, en Tasqueña, al norte, en Cuatro Caminos, y que transporta al mayor número de pasajeros de todo el sistema.
El incidente sucedió a las 20:31 horas, en dirección de sur a norte, según el STC. Los primeros informes reportaron que un tren tuvo problemas en el modo de conducción, por lo que solicitó ayuda al Puesto Central de Control del sistema.
Entonces, el tren que lo seguía por atrás se acercó para engancharlo y remolcarlo hacia una “vía muerta”, para revisar la falla.
Esta maniobra se hizo sin desalojar a los pasajeros, ya que el tren estaba entre estaciones y en medio de la lluvia, pues la línea 2 corre por la superficie.
Al acercase el tren de atrás ocurrió el “golpe o acercamiento brusco” como un fuerte enfrenón, según el STC, causando la caída de pasajeros, quienes sufrieron golpes y torceduras.
“Lo que se escuchó fue el enfrenón más que el golpe. Todos volteamos a ver qué había pasado, pero estuvo leve", dijo un vendedor de lentes afuera de la estación Nativitas.
Los trenes iban llenos pues era la hora en que miles de personas se dirigían a sus casas después del final de su jornada diaria.
Paramédicos y ambulancias de la Cruz Roja, el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y de Protección Civil llegaron para atender a los heridos, pero el acceso les fue impedido durante algunos minutos por personal de Seguridad Institucional del Metro, apoyados con policías auxiliares.
Seis lesionados
La Secretaría de Salud local dijo que los lesionados fueron un hombre de 24 años que fue llevado al Hospital de Xoco, un bebé que fue enviado al Pediátrico de Coyoacán y dos mujeres —una al hospital Magdalena de las Salinas y otra a una clínica del ISSSTE—, y otros dos pasajeros atendidos en la estación.
No obstante, paramédicos de una ambulancia del ERUM llevaron a la clínica 10 del IMSS a otros dos hombres y a una mujer de entre 30 y 35 años de edad, que sufrieron múltiples golpes, aunque no graves.
Por el incidente se suspendió el servicio durante más de una hora desde la estación Villa de Cortés hacia Tasqueña, mientras que el servicio siguió de Xola a Cuatro Caminos.
Cientos de pasajeros salieron de la estación, y en medio de la lluvia y de quejas por el incidente, buscaron otro transporte.
Pasadas las 10 de la noche y con el retiro de los trenes implicados en el choque, el servicio fue restablecido, aunque a una velocidad menor de la normal.
Fallas, desde antes
Los 45 trenes de la línea 2 fueron adquiridos en 2004, y a menos de tres años de su compra a Bombardier y CAF por 6 mil millones de pesos, presentaron fallas.
Hace dos años, el 6 de agosto de 2007, EL UNIVERSAL reportó que a menos de tres años de su adquisición, los trenes presentaron pasillos con fisuras, fugas de aceite en medio de las vías, escobillas negativas —piezas que van sobre el riel— fracturadas, asientos resbaladizos y frenados bruscos.
Los técnicos del Metro dijeron entonces que las escobillas no soportaban la fuerza de marcha de los trenes y se rompían.
Para entonces, directivos de la Contraloría del STC, los fabricantes y el Metro realizaron reuniones técnicas para analizar las fallas. (Con información de Edith Martínez, Johana Robles y Fernando Martínez).
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