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La sífilis es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Treponema pallium, que es exclusiva del ser humano. Se adquiere por contacto sexual, igual que el VIH, la gonorrea y el herpes genital. El problema mayor radica en que si una mujer embarazada se infecta, puede atravesar la placenta, infectar al producto, causar aborto, parto prematuro, que el bebé padezca la enfermedad y muera. Durante el Semin
ario Institucional “Hacia el control efectivo de la sífilis congénita en México”, Carlos Jesús Conde, del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas, del Instituto Nacional de Salud Pública, puntualizó que 40% de las mujeres embarazadas e infectadas con la bacteria activa tienen riesgo de sufrir aborto, parto prematuro y que su producto también padezca la enfermedad durante las primeras semanas de nacimiento, por lo cual debe recibir atención especializada, lo que provoca una carga de sufrimiento humano y costos financieros que bien se pueden prevenir. Detalló que en los adultos, la sífilis, llamada adquirida, puede curarse de forma espontánea, pero también requerir tratamiento durante seis meses a un año, con penicilina. Advirtió que toda mujer embazada debe exigir que le realicen una prueba de sífilis en sangre para detectarla de forma oportuna, evitar el contagio al producto y el riesgo de que fallezca el bebé por esta causa. Subrayó la importancia de documentar y hacer dos pruebas durante el embarazo, porque en la primera puede salir negativa y en la segunda positiva o viceversa. En cualquier caso, se le da tratamiento a la madre para controlar y remitir la enfermedad, a fin de evitar que sea riesgosa para el bebé. No obstante, advirtió que todo bebé que nazca de una madre que haya sido positiva para esta enfermedad, se le debe dar seguimiento, ya que no siempre manifiesta la enfermedad desde que nace. Puntualizó que la falta de educación de la mujer es la primera barrera de contención de este problema, de ahí que desde la infancia, la pubertad y la adolescencia, tanto a hombres como mujeres se les debe hablar ampliamente de esta enfermedad. No obstante que ha disminuido de manera dramática la incidencia de esta enfermedad gracias a que se puede curar con penicilina, aún se registran casos con una incidencia de alrededor de 0.1% en la población general, México tiene el conocimiento y los recursos para organizarse mejor y limitar el problema. Hizo hincapié en que el tema de la sífilis durante el embarazo resulta prioritario, tanto por su impacto en la madre, como por sus efectos en el feto y neonato a través del cuadro de la sífilis congénita; padecimiento totalmente prevenible a través del diagnóstico oportuno en la madre. Por ley, en México se deben realizar pruebas para detectar sífilis en embarazadas, sin embargo, no todos los médicos que las atienden tienen acceso a las pruebas de laboratorio. Además, algunas mujeres no acuden a control prenatal de forma regular. Con el conocimiento y los recursos disponibles en la actualidad, nuestro país está en posición de sumarse a la cruzada internacional encabezada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el fin de evitar la sífilis congénita a través de la optimización del programa de salud pública para la detección oportuna de la sífilis en mujeres embarazadas. En el seminario coordinado por el Centro de Información para Decisiones de Salud Pública (CENIDS) y el Centro de Investigación Sobre Enfermedades Infecciosas (CISEI), se contó con la participación de especialistas médicos y científicos en el tema, provenientes de diversas instituciones nacionales y extranjeras, quienes presentaron las evidencias surgidas de su trabajo para la debida atención del problema de la sífilis materna y la consecuente prevención de la sífilis congénita.
ario Institucional “Hacia el control efectivo de la sífilis congénita en México”, Carlos Jesús Conde, del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas, del Instituto Nacional de Salud Pública, puntualizó que 40% de las mujeres embarazadas e infectadas con la bacteria activa tienen riesgo de sufrir aborto, parto prematuro y que su producto también padezca la enfermedad durante las primeras semanas de nacimiento, por lo cual debe recibir atención especializada, lo que provoca una carga de sufrimiento humano y costos financieros que bien se pueden prevenir. Detalló que en los adultos, la sífilis, llamada adquirida, puede curarse de forma espontánea, pero también requerir tratamiento durante seis meses a un año, con penicilina. Advirtió que toda mujer embazada debe exigir que le realicen una prueba de sífilis en sangre para detectarla de forma oportuna, evitar el contagio al producto y el riesgo de que fallezca el bebé por esta causa. Subrayó la importancia de documentar y hacer dos pruebas durante el embarazo, porque en la primera puede salir negativa y en la segunda positiva o viceversa. En cualquier caso, se le da tratamiento a la madre para controlar y remitir la enfermedad, a fin de evitar que sea riesgosa para el bebé. No obstante, advirtió que todo bebé que nazca de una madre que haya sido positiva para esta enfermedad, se le debe dar seguimiento, ya que no siempre manifiesta la enfermedad desde que nace. Puntualizó que la falta de educación de la mujer es la primera barrera de contención de este problema, de ahí que desde la infancia, la pubertad y la adolescencia, tanto a hombres como mujeres se les debe hablar ampliamente de esta enfermedad. No obstante que ha disminuido de manera dramática la incidencia de esta enfermedad gracias a que se puede curar con penicilina, aún se registran casos con una incidencia de alrededor de 0.1% en la población general, México tiene el conocimiento y los recursos para organizarse mejor y limitar el problema. Hizo hincapié en que el tema de la sífilis durante el embarazo resulta prioritario, tanto por su impacto en la madre, como por sus efectos en el feto y neonato a través del cuadro de la sífilis congénita; padecimiento totalmente prevenible a través del diagnóstico oportuno en la madre. Por ley, en México se deben realizar pruebas para detectar sífilis en embarazadas, sin embargo, no todos los médicos que las atienden tienen acceso a las pruebas de laboratorio. Además, algunas mujeres no acuden a control prenatal de forma regular. Con el conocimiento y los recursos disponibles en la actualidad, nuestro país está en posición de sumarse a la cruzada internacional encabezada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el fin de evitar la sífilis congénita a través de la optimización del programa de salud pública para la detección oportuna de la sífilis en mujeres embarazadas. En el seminario coordinado por el Centro de Información para Decisiones de Salud Pública (CENIDS) y el Centro de Investigación Sobre Enfermedades Infecciosas (CISEI), se contó con la participación de especialistas médicos y científicos en el tema, provenientes de diversas instituciones nacionales y extranjeras, quienes presentaron las evidencias surgidas de su trabajo para la debida atención del problema de la sífilis materna y la consecuente prevención de la sífilis congénita.
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