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El siniestro d
ejó pérdidas por US$10 millones (unos Q75 millones), declaró Yung Kyn Park, representante de la compañía de textiles que ocupaba una bodega. Respecto de las pérdidas en las otras tres bodegas no hubo información hasta el cierre de esta edición. Las autoridades sólo aseguraron que allí se almacenaba azúcar e insumos para el traslado de ese producto. Agentes de seguridad que custodiaban el inmueble dijeron a los bomberos que, a eso de las 3.30 horas, vieron que de una bodega donde se guardaban telas e hilos salía una enorme nube de humo, y después escucharon una explosió
n. Mario Cruz, vocero de los Bomberos Voluntarios, informó que mientras sus compañeros sofocaban las llamas hubo varias explosiones en ese inmueble, pero ignoran qué las causó. En las otras tres bodegas estaban guardados centenares de quintales de azúcar e insumos. Ricardo Lemus, vocero de los Bomberos Municipales, dijo que a las 16 horas pudieron sofocar las llamas. Añadió que en el lugar había material sólido inflamable y conductores de electricidad, lo que les hizo más difícil el trabajo para controlar el fuego. Hasta ayer se ignoraba qué pudo originar el siniestro, y según Cruz, se tiene que hacer una inspección para determinar que causó la ignición, pues cuando llegaron las unidades contra incendios, la estructura del inmueble ya había colapsado. Esteban Luna, supervisor de planta de la empresa Kumo, expresó que las pérdidas son millonarias, ya que en el inmueble había 88 máquinas de confección, con un valor aproximado de Q500 mil cada una, y unos dos mil rollos de tela y otros bienes. La compañía textil cuenta con 500 empleados, quienes están de descanso desde el sábado recién pasado y debían iniciar labores ayer. Empleados que no se identificaron dijeron que hace dos meses hubo un incendio menor, originado por un cortocircuito, pero que fue controlado por el mismo personal. Agentes de la División de Investigaciones Criminológicas y de la unidad antiexplosivos fueron destacados al lugar para investigar las causas del hecho.
ejó pérdidas por US$10 millones (unos Q75 millones), declaró Yung Kyn Park, representante de la compañía de textiles que ocupaba una bodega. Respecto de las pérdidas en las otras tres bodegas no hubo información hasta el cierre de esta edición. Las autoridades sólo aseguraron que allí se almacenaba azúcar e insumos para el traslado de ese producto. Agentes de seguridad que custodiaban el inmueble dijeron a los bomberos que, a eso de las 3.30 horas, vieron que de una bodega donde se guardaban telas e hilos salía una enorme nube de humo, y después escucharon una explosió
n. Mario Cruz, vocero de los Bomberos Voluntarios, informó que mientras sus compañeros sofocaban las llamas hubo varias explosiones en ese inmueble, pero ignoran qué las causó. En las otras tres bodegas estaban guardados centenares de quintales de azúcar e insumos. Ricardo Lemus, vocero de los Bomberos Municipales, dijo que a las 16 horas pudieron sofocar las llamas. Añadió que en el lugar había material sólido inflamable y conductores de electricidad, lo que les hizo más difícil el trabajo para controlar el fuego. Hasta ayer se ignoraba qué pudo originar el siniestro, y según Cruz, se tiene que hacer una inspección para determinar que causó la ignición, pues cuando llegaron las unidades contra incendios, la estructura del inmueble ya había colapsado. Esteban Luna, supervisor de planta de la empresa Kumo, expresó que las pérdidas son millonarias, ya que en el inmueble había 88 máquinas de confección, con un valor aproximado de Q500 mil cada una, y unos dos mil rollos de tela y otros bienes. La compañía textil cuenta con 500 empleados, quienes están de descanso desde el sábado recién pasado y debían iniciar labores ayer. Empleados que no se identificaron dijeron que hace dos meses hubo un incendio menor, originado por un cortocircuito, pero que fue controlado por el mismo personal. Agentes de la División de Investigaciones Criminológicas y de la unidad antiexplosivos fueron destacados al lugar para investigar las causas del hecho.
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