El fuego se inició a eso de las 06.00 de la madrugada en el edificio del Campus Isla Teja y se propagó con rapidez por el cuarto físico, donde estaban ubicados los laboratorios de Física, Química y Microbiología, lo que provocó además una espesa nube de humo que cubrió el cielo de Valdivia. Hasta el lugar, que debió ser completamente evacuado, acudieron las nueve compañías de Bomberos de la ciudad, las que debieron solicitar refuerzos a otras comunas, a raíz de la magnitud del siniestro el que, ayudado por el viento, afectó al tercer y segundo piso rápidamente, haciendo inmanejable el fuego. El humo y la alta temperatura impidieron que los voluntarios se acercaran a las llamas, por lo que debieron extremar sus esfuerzos e instalar los pitones en las escalas telescópicas para atacar el fuego. Aún así, la rápida multiplicación de focos en distintas partes del edificio, hace estériles los esfuerzos de bomberos, los que, además debieron enfrentar el colpaso de los grifos, por lo que debieron recurrir a las aguas del río Cau Cau, aledaño al campus, para abastecerse del vital elemento. Pero el gran peligro reside en el primer piso del edificio, en el que se hacen ingentes esfuerso por inundarlo, ya que en ese lugar hay almacenados materiales químicos propios de las investigaciones que se desarrollan en la universidad, entre ellos, una tonelada de alcohol y formalina, altamente inflamables, y que de ser alcanzados por el fuego, las consecuencias serían desastrosas. Es por esta razón que la universidad fue absolutamente evacuada y sólo quedaron los voluntarios de las compañías de bomberos que combaten el siniestro.
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